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miércoles, 30 de abril de 2008

Reseña histórica del Malinké.

La mayoría de las personas quienes estén interesados en la danza, el djembe y sus ritmos, al principio no tiene idea de la cultura y de las complejidades políticas y sociales que reúne la historia de África. Sin embargo, los ritmos Malinké no solamente dan fe de que existe una riquísima cultura musical, sino también nos hablan de su cultura general. Ya que los ritmos africanos llegan a las personas en el ámbito extrasensorial, es fácil de olvidar que incluso hoy, el concepto de que los tambores son para indígenas primitivos está aún firmemente anclado a las mentes de mucha gente de occidente. La variedad de estructuras musicales y el reconocimiento de habilidades artísticas de los músicos africanos pueden básicamente ser apreciados a través de los continuos esfuerzos de uno mismo, comenzando a aprender los ritmos.

Es difícil definir la edad exacta de los ritmos y danzas ya que la tradición oral de la cual proviene no tiene fechas específicas, pero en ves de eso se refieren a ciertos acontecimientos. De acuerdo con la entrevista de Sekou Saramandy Kouroma, (un periodista de Conakry Guinea) él señala lo siguiente: “Ya que la cultura del oeste de África esta basada esencialmente en la tradición oral, tuvimos que comparar las historias de nuestros ancestros y los textos de grandes historiadores Árabes. Los Wankara, quienes fueron los primeros habitantes del área donde más tarde se estableció el imperio mandingue”. (Billmeier, 2003)

“La crónica transmitida generalmente por vía oral, es un recurso del que no puede prescindir el historiador. Por incierto que sea su valor, no puede pasarse sin su auxilio. Una tradición puede conservarse asombrosamente durante siglos, a menudo en África, castas profesionales que son la memoria social del grupo se transmiten de generación en generación poemas que los griots (casta de músicos especializados en transmitir las tradiciones orales) recitan periódicamente acompañando estos versos con rasgueos del Kora” (Bertaux, 1997)
Los Wankara llegaron alrededor del año 760 a. C., fundaron un estado federal llamado Oudoma, “La tierra de la plenitud”.

Después de que declinó el imperio de Ghana, emergió el imperio Malí, fundado por Malinkés, también llamados mandingue. Los países contemporáneos que solían ser partes del imperio Malí son: Guinea, Malí, Burkina-Faso, Costa de Marfil, Sierra Leona, Liberia, Gambia y Senegal. Soundjata Keita fue el fundador del imperio Mandingue y hizo famoso por la riqueza de sus gobernantes. En 1235 expandieron ampliamente su imperio y al hacerlo, tomaron posesión de las minas de oro en Borre y Gamal. Siendo este el elemento que posibilitaría el crecimiento y arraigo de este imperio.

La ciudad de Niani es donde residía el brillante emperador Mansa Musa, cuya reputación llego a conocerse incluso en países de Europa. Con un inmenso poder y cantidades inimaginables de oro en sus maletas, Mansa Musa emprendió un peregrinaje con el cual trajo de regreso a numerosos estudiosos y científicos árabes y egipcios.

El djembe evolucionó dentro de los centros del imperio. Debido a la necesidad de los emperadores de contar con músicos que los entretuvieran en las fiestas y celebraciones se generó inconcientemente un fenómeno de adaptación y rápida evolución de los instrumentos de percusión.

Los historiadores se mostraban impresionados por el orden social, el sistema judicial, la magnificencia de la arquitectura y del nivel cultural global del país. La riqueza de Malí fue disminuida por las frecuentes guerras y por algunas de las provincias que lograron su independencia. Después de la mitad del siglo XV, Malí fue incorporada gradualmente al imperio Songhay. En ese mismo momento los portugueses llegaron a la costa del oeste de África, la India y Asia. Estos cristianos europeos encontraron tesoros increíbles de oro, marfil y piedras preciosas, joyas, piezas de arte y especias.

Aunque en los reinos africanos eran comunes la esclavitud y trabajos forzados, la trata de esclavos en la costa oeste de África conducida por los europeos era un asunto completamente diferente. Desde 1448 a 1880, millones de africanos fueron deportados y regiones completas fueron despobladas y el conocimiento e inteligencia de generaciones completas fue destruido. Desde 1880 en adelante, los franceses establecieron puestos de comercio en toda la costa de Guinea. En el 1893 el país entero estaba bajo el mando de Francia en manos de un gobernador. Como tenían el poder sobre la colonia, Francia ejerció una política de destrucción de las estructuras de autoridad tradicionales. Culturalmente ellos instituyeron una política de asimilación, la que imponía entre otras cosas el idioma, l música y el sistema educacional francés, el cual afectó, obviamente, más a las ciudades que las áreas rurales. Bajo la presión del mundo entero, después de la segunda guerra mundial, la posición de los poderes coloniales empezó a titubear. La rebelión africana en si misma fue iniciada por intelectuales y escritores como Leopold S, Senghor, quien reclamo la emancipación de sus escritos, estableciendo así una seguridad en África que con el tiempo encontró resonancia entre la población. La exigencia de igualdad fue seguida por una lucha por la independencia. Marruecos y Tunes lograron la independencia el año 1956, Costa de Marfil en 1957 y en Guinea en 1958 se proclamó a si misma republica independiente.

Sekou Touré, presidente de la “patria democrática de Guinea” decidió oponerse a tener cualquier tipo de relación política con Francia y señaló “Preferimos la pobreza en libertad, que la riqueza en esclavitud” (Billmeier, 2003)

Francia reacciona retirando a todos los ciudadanos franceses del país, destruyendo el gobierno, así como también colegios y hospitales. De ahí en adelante Sekou Touré le pidió a al Unión Soviética le brindara apoyo económico, y hasta el día de su muerte en 1984 mantuvo una relación política cercana con los países del Este.

La independencia del país trajo un periodo de renacimiento cultural durante el cual la música y las artes estaban relacionadas con las políticas del establecimiento de una sociedad revolucionaria.

La música y los festivales de danza eran espacialmente importantes y los concursos se llevaban a cabo cada dos años, a nivel nacional y regional. Los mejores músicos y bailarines del país eran invitados a Conakry para estos festivales y los conjuntos regionales eran integrados al emprendimiento cultural de la nación.

A lo largo de la historia la cultura se ha visto empañada por el colonialismo y la dictadura, con sus devastadoras consecuencias, razones por las cuales Guinea hoy es uno de los países más pobres del mundo, a pesar de sus abundantes recursos naturales.

Extracto obtenido del Seminario de Arancibia, Cárdenas, Figueroa, Lazo, Mery, Paredes y Valdivia. Universidad Católica Silva Henriquez, Santiago, Chile -2004

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